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Sin ataduras


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Necesito un cigarrillo, tengo el alma disuelta en ese feroz antojo, 

antojo de ti y del sabor de nuestras noches, solo nuestras,
por que cuando estoy junto a ti, todo nos pertenece.

Nos pertenece el viento, el humo de los cigarrillos abatidos
en batallas dulces y rigurosas, contra bocanadas deseosas,
Nos pertenece el tiempo, el que elegimos para nosotros.

Perenecen las palabras mutuas a nuestros oídos sordos
de no escucharnos en tantos soles, necesitados de las voces
que nos alimentan el alma, al cantarnos, al esperarnos.

Nos pertenecemos. Me pertenecen tus manos, tus labios.
Te pertenece mi cuerpo, mis ojos, mis pensamientos
Me pertenecen tus noches, tus latidos, tus suspiros.

Yo soy tuya de noche, de día, a destiempo
a deshoras, en vehemencia, en cordura,
tú eres de mi, sin pretextos, sin ataduras...





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